De acuerdo con los experimentos de esta profesora de Ecología Forestal de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), los arboles tienen la capacidad de comunicarse entre sí para intercambiar nutrientes y avisos de peligro mediante la red subterránea que forman sus raices y la micorriza.
Lo más interesante es que a partir de estos conocimientos, Suzanne Simard proporciona pautas para la gestión eficiente y duradera de los bosques y, en consecuencia, el beneficio de las personas que muchas veces sin saberlo, disfrutamos de las ventajas de los árboles.
Las Infraestructuras Verdes basadas en los bosques tienen un papel fundamental en el suministro de ventajas para el bienestar y la seguridad en los núcleos de población. El conocimiento sobre estas infraestructuras y sus aplicaciones, se está difundiendo con no poco esfuerzo, ya que muchas veces el beneficio a corto plazo y el inmovilismo de los centros de toma de decisiones, ralentizan su puesta en práctica. Compartirlo es contribuir a nuestro propio bienestar.