Cómo he llegado a ser Paisajista.
El comienzo.
Tras un amago de fracaso escolar en el año 1972, en el que “aprobé” el 4º curso de bachiller (la EGB más tarde) a cambio de abandonar ese colegio, salí al mundo sin red pero también sin presiones.
Como en mi familia por parte de padre habían sido todos jardineros desde el tío de mi abuelo, mi padre decidió poner cauce a mi vida poniéndome a trabajar con él. Sin descuidar mi formación, me matriculó en la Escuela Municipal de Jardinería del Ayuntamiento de Zaragoza. Allí tuve mis primeros contactos con la teoría del jardín, porque de práctica andaba servido. Ganas de aprender no me faltaban, y al mismo tiempo estudiaba francés, inglés, dibujo, música, guitarra y piano. Mantuve ese ritmo durante 4 o 5 años con buenos resultados y muchas satisfacciones.
En jardinería, la curiosidad y las ganas de avanzar produjo sus resultados: saqué el primer puesto de mi promoción, en lo que ahora sería un primer ciclo de FP.
La afición.
Por otra parte, mis vacaciones transcurrían en la montaña, tanto en el pre-pirineo aragonés como en el otro lado de la frontera francesa. En ese medio daba grandes paseos con mi guía de árboles y arbustos identificando todo lo que se me ponía delante. Empezaba a experimentar la pasión por la botánica, la vegetación, los paisajes y la naturaleza en general. Se me daba bien y no me cansaba de conocer y clasificar los árboles y los arbustos que me rodeaban.
Con el tiempo, el ejercicio de la jardinería en el negocio familiar puso forma a la vegetación y lo que de ella estaba aprendiendo, mientras los bonsáis entraban en mi campo de acción. Fue un período de experimentos con la vegetación, su fisiología y sus respuestas, que me ayudó a entender más tarde todo lo relacionado con la arboricultura a escala real. Hay que decir que costó la vida de bastantes ejemplares de todas las edades y procedencias, desde árboles de vivero, plantones de dos savias, hasta viejos árboles enanizados recuperados del monte. Pero los resultados fueron espectaculares llegando a conseguir una colección de más de 200 bonsais en diferentes estadios de formación.
El primer traslado.
Asustado por el ajetreo y la falta de espacio de la ciudad, me trasladé del piso de Zaragoza a la casa que actualmente habito en Nuez de Ebro, en medio de un jardín de 700 m2. Eso fue alrededor de 1991.
Me decantaba por la evolución más que por la repetición, lo que me hizo escoger el camino del estudio más que el de la empresa. Renuncié a construir jardines todos iguales, estandarizados y de consumo, dedicándome al diseño, el proyecto y la dirección de obra más que a la contratación. Eso me permitía innovar y avanzar.
En ese momento conecté con mi amigo Carlos Ávila, botánico y paisajista por la Escuela de Versalles, con quien compartía visión, pasión y profesión. Iniciamos juntos un camino que llamamos Genius Loci para dedicarnos al paisajismo. Unos años más tarde, nuestros diferentes momentos vitales y necesidades económicas nos pusieron en una bifurcación y tomamos un lado cada uno, manteniendo hasta la fecha una amistad que de vez en cuando da lugar a colaboraciones. Tengo que agradecer a Carlos aquellos primeros tiempos, cuando me transmitió lo que había aprendido en Versalles.
Entonces vi que se quedaban cortas mis herramientas para esta nueva actividad, y que se imponía un reciclaje. Tras aprobar el ingreso en la universidad para mayores de 25 años, me matriculé en Historia del Arte acabando hasta el segundo curso, con idea de ingresar en alguna escuela universitaria de paisajismo que en aquella época prometía inaugurarse. Pasarían más de 15 años hasta que la madrileña Escuela de Batres pasase a formar parte de la universidad Camilo Jose Cela. Mientras, me hice socio de la AEP (Asociación Española de Paisajistas), entonces I.E.J.A.P. (instituto Español de Jardinería y Arte Paisajista).
Esperando la inauguración de un programa universitario de paisajismo, aprendí a manejar la vegetación y su entorno en mi jardín de manera sostenible, económica y natural, al tiempo que me matriculé en el Master en Arquitectura del Paisaje de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.
Todo esto mientras colaboraba con un Centro Especial de Empleo en el valle de Benasque, hacia algunos proyectos en mi nuevo estudio, y formaba parte de la junta directiva de la AEP y de la EFLA (European Federation of Landscape Architects). Al acabar mis estudios en Barcelona busqué trabajo por allí con la idea de trasladarme, ya que esta poco conocida profesión necesita más comprensión de la que podía obtener en ese momento en mi Aragón natal.
El segundo traslado.
Tras alguna ida y venida, me surgió la oportunidad de trasladarme a Cataluña y me instalé en Sant Just Desvern, tocando a Barcelona, donde estuve casi cinco años prestando mis servicios a jardineros, ayuntamientos como el de Barcelona, Área Metropolitana y otras entidades públicas. Recién llegado y como disponía de tiempo, con la ayuda de un vecino de mi pueblo diseñé una web que ha dado lugar a este blog. Participé en obras emblemáticas como las plantaciones en el Park Güell y la construcción del nuevo parque de las Rieras de Horta, compartiendo trabajo con ingenierías que me contrataban para los proyectos y las obras de los parques y zonas verdes de Barcelona.
Ha sido el período más intenso en el ejercicio de la profesión de paisajista bien entendida. Hice proyectos, direcciones de obra, participé quedando finalista en concursos, e impartí varios cursos en la universidad y en FP.
En el momento de crear esta página.
Con el recrudecimiento de la crisis económica, llegó el final de este período catalán y tuve que replegar velas para volver a Nuez de Ebro, donde no tenía que pagar alquileres, y desde donde he seguido colaborando con mis clientes y compañeros de Barcelona con quienes entre otra cosas, hemos redactado una Norma Tecnológica de Jardinería (NTJ) sobre la Redacción de Proyectos de Jardinería y Paisajismo, y un proyecto de gran envergadura para un complejo turístico en Argelia.
Tenía un cierto sentimiento de frustración que fue mitigado al verme envuelto en las obras de un gran centro comercial cuyo ajardinamiento fue encargado a la empresa de mi familia. Allí entré con contacto con un estudio de Arquitectura del Paisaje del Reino Unido con quien posiblemente colaboré.
Ahora comparto el trabajo del estudio con la organización de actividades formativas para diferentes colectivos y el seguimiento de la evolución de mi jardín que, tras mi ausencia al estar en Barcelona, acusa síntomas de dejadez. Acometo entonces su reforma, cuyos detalles y evolución relato en la categoría MI JARDÍN en el blog.
Por otra parte, administro el grupo PAISAJE de Linked In con casi 1.500 miembros y debates animados sobre el tema.
Y por cierto he recuperado los paseos por la montaña en todo tiempo.
Con este bagaje me dispongo a iniciar con el blog esta nueva andadura que pretende compartir los conocimientos adquiridos hasta ahora y a partir de ahora, y las reflexiones que de ellos se derivan.